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crímenes de guerra, el deber de protestar, el patriarcado, la importancia de la mujer, la violencia contra la mujer
Soy la mujer
que te ha parido hijos
para que me los arranques de la teta,
aún goteando leche
Soy la mujer
que ha bañado tus heridas
y en último extremo,
limpiado tu cadaver sucio
de la sangre y la infamia de la muerte
Soy aquella a la que violas
cuando te llenas del gozo de la guerra
y la violencia,
aquella a la que descuartizas
y desecras, tu madre y tu mujer,
tu hermana y tu hija.
Soy aquella que finalmente
se ha parado ante tu poder impresionante
y ha dicho: basta.
Estoy aquí, no en silencio,
no sumisa, no dispuesta a permitir
tus excesos, a excusarte por aquello
de que asÍ son los varoncitos
Estoy aquí, y estoy armada.
Armada de conciencia,
con la voz de todas las mujeres
que han tenido que sufrir el duelo
ante la tumba de un soldado incógnito.
Estoy aquí.
No permitiré que me niegues.
No continuaré en silencio.
No bajaré la cabeza
ni me pondré tus medallas
ni miraré hacia otro lado mientras juegas
con tus juguetes de muerte.
Estoy aquí.
Yo, una mujer.