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Cinco siglos igual

19 lunes Oct 2015

Posted by silviantonia in el deber de protestar, el empoderamiento de la mujer, Jesús el revolucionario, Sin categoría, violaciones de los derechos humanos

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amor, capitalismo, crímenes de guerra, delitos del Estado, el deber de protestar, la conciencia ciudadana, protesta, violaciones del planeta tierra

Interpreting for Marielena, SOAW 2010

Esta mañana, regresando a casa de una cita en la división de vehículos motorizados para ayudar a un muchacho a sacar su licencia de conductor, venía pensando en todo lo que sigue igual, a pesar de la palabrería de aquí y de allá de que ahora vamos a cambiar las cosas finalmente.  La letra de León Gieco dice:

Soledad sobre ruinas, sangre en el trigo
rojo y amarillo, manantial del veneno
escudo heridas, cinco siglos igual.

Libertad sin galope, banderas rotas
soberbia y mentiras, medallas de oro y plata
contra esperanza, cinco siglos igual.

En esta parte de la tierra la historia se cayó
como se caen las piedras aun las que tocan el cielo
o están cerca del sol o están cerca del sol.

Desamor, desencuentro, perdón y olvido
cuerpo con mineral, pueblos trabajadores
infancias pobres, cinco siglos igual.

Lealtad sobre tumbas, piedra sagrada
Dios no alcanzó a llorar, sueño largo del mal
hijos de nadie, cinco siglos igual.

Muerte contra la vida, gloria de un pueblo
desaparecido; es comienzo, es final
leyenda perdida, cinco siglos igual.

En esta parte de la tierra la historia se cayó
como se caen las piedras aun las que tocan el cielo
o estan cerca del sol o estan cerca del sol.

Es tinieblas con flores, revoluciones
y aunque muchos no están, nunca nadie pensó
besarte los pies, cinco siglos igual.
Sale un video hermoso en You Tube en https://www.youtube.com/watch?v=C4aFLyxM_ow#t=11, no solamente hermoso por la letra, sino por las fotos e ilustraciones… estamos atravesando un período espantoso en este imperio maloliente y sangriento; a las personas no les gusta que no meta el dedo en la llaga, pero a veces no hay otro remedio.

Hace poco estuve en un panel sobre las situaciones raciales y la violencia del imperio, las formas que se utilizan para dividirnos y separarnos, porque si bien en la unión está la fuerza, el dicho dice, «Divide y conquistarás.»  Así que somos suramericanos o norteamericanos, europeos o chinos o filipinos o cualquier otra cosa, pero nunca hablamos de que somos todos ciudadanos del planeta tierra, terrícolas con algunos dos dedos de frente, y como dice también Victor Heredia, «Todavía cantamos, todavía pedimos, todavía  soñamos, todavía esperamos…»

Dentro de un mes más o menos regresamos a la base militar que antes se llamaba «La Escuela de las Américas» pero luego, cuando se supieron los crímenes y se descubrieron los libros de capacitación en tortura y horrores, le cambiaron el nombre a uno de esos nombrecitos prolijos que habla de la cooperación (después de todo, cualquiera coopera después de una sesión o dos de tortura…). Yo voy de intérprete y de cantante de protesta, voy a recargar las pilas y a darles abrazos a amigos queridos en este jelengue, y también voy como ponente a presentar mi taller sobre «El color del imperio: en casa y en el extranjero.»  Hablaré de nuevo de las conexiones con nuestro contratista sucio, que hace todo lo que está prohibido por derecho internacional.  Y todo esto tiene que ver con las presbíteras mujeristas porque mi comandante en jefe se llama Jesús o Josué, que fue un gran guerrero contra el imperio de su tiempo… Sigo sus pasos y su llamado, siempre.

Ya he escrito lo suficiente sobre el deber de protestar; caigo gorda, ya lo sé, pero sigo cantando, pidiendo, soñando y esperando.  Como dice el candidato a presidente odiado por la prensa y bloqueado en todo esfuerzo por la maquinaria demócrata (de los republicanos ni vale la pena hablar), Bernie Sanders, aquí lo que hace falta es una revolución, pero siempre hay algo que hacer… si  no son compras con juegos de solitario o llamadas por celular, o citas en la peluquería, o cualquier otra cosa para perder el tiempo…

Y entonces seguimos, cinco siglos igual.

6-23-11 Castlewood CD 058 but we were 'locked in'

La justicia restaurativa: en desgracia con la fortuna y con los ojos de los hombres

05 viernes Jun 2015

Posted by silviantonia in delitos del Estado el sufrimiento penitenciario, el confinamiento solitario, la esclavitud penitenciaria, Sin categoría, violaciones de los derechos humanos, violencia estatal

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delitos del Estado, el complejo industrial de prisiones, el confinamiento solitario, el sistema de justicia penal corrompido, el sufrimiento, la conciencia ciudadana, la esclavitud penitenciaria

Soneto 29
Cuando, en desgracia con la fortuna y con los ojos de los hombres,
Solo lloro mi estado de paria,
Y molesto al cielo sordo con mis gritos inútiles,
Y me miro a mí mismo y maldigo mi suerte,
Deseándome como él más rico en esperanzas,
Representado como él, como él lleno de amigos,
Deseando el arte de este hombre y el alcance de aquel,
Y casi despreciándome con estos pensamientos
;
W. Shakespeare

El domingo tendré mi primera visita de contacto con mi hijo menor desde su encarcelamiento el 5 de diciembre. Fue transferido recientemente a un centro penitenciario en Chino, California, a unas seis horas de distancia. Su caso está en apelación, la parada y el arresto posterior injustificados, el delito no violento. Él estuvo en «recepción» en San Quintín durante los últimos cinco meses y medio, dicha recepción siendo el primer paso en el sistema de prisión estatal, que supuestamente dura entre uno y tres meses, ya que es una época dura de confinamiento casi solitario, en el que usted está en su celda 23 horas al día, con 15 minutos cada tercer día para tomarse una ducha de agua fría, sin televisión o radio, un máximo de dos horas por mes de visitas a la biblioteca jurídica, y sin visitas de contacto. Las visitas, de hecho, tenían que ser concertadas por teléfono, y las líneas telefónicas sólo estaban abiertas los miércoles y los domingos entre las 8 y las 10 horas, pero la mayoría de las veces uno llamaba y se oía una señal de línea ocupada, o sonaba sin que nadie contestara y luego se desconectaba. Mi última visita a San Quintín fue el 3 de mayo, y no pude conseguir otra cita hasta el 29, pero cuando llegué me dijeron que había sido trasladado.

El sistema es altamente punitivo, diseñado para humillar y denigrar no sólo al prisionero sino también a sus visitantes y amigos, casi como si uno fuera culpable porque tener a un amigo o familiar tras las rejas. Lo sé porque he ejercido el derecho penal como abogado durante cerca de treinta años, y el tratamiento de los reclusos (y de sus familias y amigos) no ha mejorado en ese tiempo o en los diez años desde que me jubilé, sino que más bien ha empeorado, ya que ahora están encarcelando a más y más personas, en un ejercicio continuo del sistema de Jim Crow, como Michelle Alexander tan bien lo explica en su libro, The New Jim Crow. Mi experiencia como abogado fue que las prácticas del sistema de Jim Crow nunca murieron y estaban vivitas y coleando incluso en el norte hasta Nueva Jersey, donde yo vivía y ejercía mi carrera. Incluso entonces podíamos notar un terrible aumento en las poblaciones de reclusos, y el enjuiciamiento desproporcionado y condena de las personas de color, incluyendo, entonces y ahora, menores de edad.

Hace ya muchos años vi la película Fortune and Men’s Eyes, y tuvo un tremendo impacto en mí. Se basa en una obra de teatro del escritor canadiense John Herbert sobre la esclavitud sexual y la violencia en la cárcel. Fue difícil obtener el reparto de actores y producir la obra, ya que muestra la parte inferior y sórdida del sistema. Como me he dedicado toda mi vida a mostrar y a luchar contra esa parte inferior sórdida, ya sea acerca de las crueldades del sistema de inmigración (a nivel mundial), la difícil situación de los refugiados y de los pueblos ocupados por todas partes, incluida Palestina, y la criminalización de la pobreza y la falta de vivienda, aquí en la tierra de la abundancia, donde los veteranos de guerra y los niños hambrientos, en lugar de los ciervos y el búfalo, deambulan, puedo decirles que para mí con frecuencia es un caso de «matar al mensajero», porque la gente prefiere NO averiguar lo que está pasando, para poder seguir sin hacer nada al respecto. La obra de teatro finalmente llevó, por cierto, a la creación de la Sociedad Fortune, una organización de defensa y apoyo a los presos que reingresan a la sociedad después de su encarcelamiento.

Pertenezco y contribuyo a iniciativas como el Proyecto de la Inocencia, que trabaja para exonerar a los reclusos condenados a través del uso de pruebas de ADN. He visto bastantes reversiones de las convicciones, una de las más condenatorias (en lo que se refiere a nuestra sociedad) es aquella en el caso de la corredora de Central Park, donde los fiscales intimidaron a varios jovencitos a declararse culpables. Recuerdo el furor del momento; yo era visitante frecuente del parque central en Nueva York, y la historia de estos cinco jovencitos latinos y negros, y su aparente paliza brutal y violación de una corredora blanca estaba constantemente en las noticias. Sólo años más tarde, cuando otro preso admitió su propia culpabilidad y las pruebas de ADN demostraron sin lugar a dudas que estos jovencitos no habían cometido el crimen, fueron exonerados, pero los años y años de prisión no se le pueden devolver a un prisionero. Ver http://www.theguardian.com/commentisfree/2012/oct/05/central-park-five-rape-case

También le escribo a presos a quienes mi hijo ha conocido, y que puede que no tengan a nadie que les escriba; dos de ellos se encuentran en San Quintín. Uno de ellos es un amigo por correspondencia del programa fundado por Sharon Martinas al que me uní el mes pasado llamado Programa de derechos humanos para amigos por correspondencia. La mayoría de los presos que han solicitado cartas han participado en las huelgas de hambre y otras acciones de protesta por los derechos humanos en todo el estado. Mi amigo por correspondencia ha estado en confinamiento solitario durante la mayor parte de su vida.
Estamos en medio de una ola de abuso policíaco y oficial y asesinato de personas de color y de violencia estatal. En nuestras vigilias mensuales en Oakland, ahora leemos los nombres no sólo de los muertos en Irak o Afganistán, sino de los que son víctimas de la violencia estatal en los EE.UU., uno cada 28 a 36 horas, día tras día. living graveyard http://epicalc.org/

Esto, por desgracia, tiene muchos precedentes. Cuando fui por primera vez a interpretar para los sobrevivientes de tortura en Fort Benning, Georgia, oí muchos cuentos de la venta de esclavos en algunos de los sitios históricos de la zona. Las familias eran separadas, las vidas eran destruidas en el bloque de subastas, y muchos de los que ahora son respetados debido a su riqueza y poderío se iniciaron en este negocio execrable. Sin embargo, hoy nuestra industria carcelaria es una industria a nivel mundial, sin ningún inconveniente. Usted consigue trabajadores gratis, los presos pagan (a precios excesivos) por el privilegio de ser esclavizados, y botamos a la basura decenas de miles de vidas todos los días. ¿Quién invierte en estas cosas, te preguntarás?

Al menos 37 estados han legalizado la contratación de mano de obra penitenciaria por corporaciones privadas que montan sus operaciones dentro de las prisiones estatales. La lista de estas empresas contiene la flor y nata de la sociedad empresarial estadounidense: IBM, Boeing, Motorola, Microsoft, AT & T, Wireless, Texas Instrument, Dell, Compaq, Honeywell, Hewlett-Packard, Nortel, Lucent Technologies, 3Com, Intel, Northern Telecom, TWA, Nordstrom, Revlon, Macy, Pierre Cardin, Target Stores, y muchas más. Todas estas empresas están entusiasmadas con la generación de un auge económico debido a la mano de obra penitenciaria. Sólo entre 1980 y 1994, las ganancias subieron de $ 392.000.000 a $ 1, 310, 000,000. Los reclusos en los centros penitenciarios estatales en general, reciben el salario mínimo por su trabajo, pero no todos; en Colorado, reciben alrededor de $ 2 por hora, muy por debajo del mínimo. Y en las prisiones de gestión privada, reciben tan poco como 17 centavos de dólar por hora para un máximo de seis horas al día, el equivalente a $ 20 por mes. La prisión privada que más paga es CCA en Tennessee, donde los presos reciben 50 centavos por hora por lo que ellos llaman «posiciones altamente calificadas». Con esas tasas, no es de extrañar que los reclusos encuentren que el pago en las prisiones federales es muy generoso. Allí, se pueden ganar $ 1.25 por hora y trabajar ocho horas al día, y a veces horas extras. Pueden enviar a casa de $ 200 a
$ 300 al mes.
http://www.globalresearch.ca/the-prison-industry-in-the-united-states-big-business-or-a-new-form-of-slavery/8289

Eric Schlosser escribió muy bien sobre el complejo industrial de prisiones en la edición del Atlantic Monthly de 1998:

El complejo industrial de prisiones no es sólo un conjunto de grupos de intereses e instituciones. También es un estado de ánimo. El atractivo del gran capital está corrompiendo el sistema de justicia penal de la nación, sustituyendo las nociones de servicio público con una ofensiva por mayores ganancias. El entusiasmo y afán de los funcionarios elegidos de pasar leyes «severas contra el crimen» combinados con su renuencia a revelar los verdaderos costos de estas leyes ha animado todo tipo de irregularidades financieras. El funcionamiento interno del complejo industrial de prisiones se puede observar en el estado de Nueva York, donde comenzó el auge de las cárceles, transformando la economía de toda una región; en Texas y Tennessee, donde las empresas de prisiones privadas han prosperado; y en California, donde las tendencias correccionales de las últimas dos décadas han convergido y llegaron a extremos. En el ámbito de la psicología un complejo es una reacción exagerada a una amenaza percibida. Eisenhower sin duda tenía ese significado en cuenta cuando, durante su discurso de despedida, instó a la nación a resistir «una tentación recurrente a pensar que alguna acción espectacular y costosa podría convertirse en la solución milagrosa a todos las dificultades actuales.”

Por supuesto, todo mi trabajo para los presos no me preparó para ser la madre de un hombre encarcelado, un hombre homosexual que fue atacado brutalmente por otro prisionero mientras esperaba ser enjuiciado en lo que fue claramente un crimen homofóbico. En desgracia con la fortuna y con los ojos de los hombres, mi hijo se ha unido a las legiones de los castigados severamente, y yo soy sólo una más de las madres que protestan, con lágrimas en ristre, un sistema de codicia y crueldad que seguramente nos condena a todos.

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